jueves, 18 de agosto de 2011

Predicciones


Si bien generalmente tengo problemas económicos, siempre busque el momento y la manera de poder tomarme cada tanto algunos días para respirar otro aire, creyendo que huyendo de la maldita Buenos Aires podía huir de todos esos problemas que me provocaban no solamente la actualmente declarada gastritis crónica, sino también los trastornos del sueño.
 En uno de mis viajes -que obviamente no fue al exterior- decidí pedirle a un tío que me tire las cartas. Tenía ganas que alguien me dijera lo que quería escuchar: que iba a conseguir empleo, que iban a ser las vacaciones perfectas y que en breve conocería al amor de mi vida”
Recuerdo dos cosas que me mencionó: la posibilidad de volver a mi anterior trabajo (eso era lo menos importante) y a un hombre morocho del interior, que sería alguien importante y que el problema entre nosotros serían los celos.
Después de unos días me fui a Córdoba,  que quedaba muy cerquita de donde mi tío vivía.
Pasaron algunos días, no tenía noticias del morocho, pero hasta el momento no la estaba pasando nada mal. Hasta creo que en esos momentos tenía una vida social activa!
Finalmente, una noche lo conocí: Pablo…morocho, diviiiiino! Por décimo quinta vez tenía esa sensación de estar parada frente al gran amor de mi vida!!! Esta vez, podría decirle a mi amiga Martina que ahora si había conocido a “el hombre”, que esta vez realmente si era diferente y que sería el príncipe de mis sueños y que esta vez no tenga que reconocerle que estaba otra vez ante una falsa alarma.
Recuerdo que lo conocí y desde ese momento todo fue maravillosamente increíble. Pasé todas mis vacaciones con él. Nos veíamos todos los días, teníamos momentos encantadores cada vez que nos encontrábamos y todo marchaba sobre ruedas.
Parecía que mi tío no se había equivocado en que iba a conocer a alguien especial, solamente su predicción había fallado en creer que Pablo y yo podríamos tener problemas de celos. Como podría pasar algo así? El solo estaba conmigo y no se separaba de mí en ningún instante. A veces me perseguía el fantasma de su ex, me había contado que tenia una novia y que se había separado de ella hacía un tiempo, pero sabía que era solo mi mente, porque jamás la conocí, de hecho,  me decía que ni siquiera aparecía por el pueblo.
Una noche vino a casa a conocer a mi familia, que de mas esta decir, les pareció encantador igual que a mí. También conocí a la suya, situación de la cual suelo huir despavorida y recuerdo que Rosa, su mamá, me trataba de maravillas, como esa clase de madres de varones  que te tratan bien cuando sos amiga para espantar a la novia actual, convenciéndote que serias la novia perfecta para su hijo y que después cuando ven que ya no sos un pasatiempo para el nene,  te hacen la vida imposible. Pero no había de que preocuparse, este no era el caso! La familia seguramente sería perfecta como él!
Estuve un mes y medio en Córdoba y lamentablemente tenía que suceder lo tristemente inevitable: debía volver a Buenos Aires.
Pablo fue el único que pudo lograr quitarme tanta angustia: dijo que en unas semanas, cuando terminara su trabajo de temporada, se iría a vivir  a Buenos Aires  y seguiríamos estando juntos.
Fui a tomar el micro para retornar a casa, me despidió en la terminal a la frase de “te amo”, que una vez mas,  me autoconvencí que era cierta.
Me separaba del príncipe azul que  esta vez no desteñiría,  con el sonido de la naturaleza, las sierras de fondo y la mirada triste de mi chico… con ese escenario  todo parecía mas triste todavia  ….Era una tragedia!  Lloré como una perra desde Capilla del Monte hasta Carlos Paz sin parar,  hasta quedarme dormida para volver a llorar cuando me despertara en el hermoso paisaje de los alrededores de Retiro, los bocinazos de la ciudad y sin Pablo conmigo.
Llegué a casa con la cara desfigurada de tanto llorar, mas parecida a un cocodrilo que a una princesa en potencia,  esperando el momento de volver a verlo.
Me llamaba todos los días y en cada llamado me recordaba lo poco que faltaba para estar nuevamente juntos.
Un lunes hablamos y me comentó que estaba llegando el miércoles o jueves, que me amaba y que me llamaba al día siguiente para confirmarme que día seria el bendito reencuentro.
Paso el martes, paso el miércoles, paso el jueves…. Nunca mas supe de Pablo.
Paso un año. Ya casi ni recordaba a Pablo y decidí volver a pasar mis vacaciones en Córdoba. Bueno, en realidad no lo decidí, una vez mas no me daba el presupuesto para cambiar el destino de mi viaje.
En una oportunidad la vi a  Rosa, la mama adorable de Pablo y crucé de vereda para saludarla.
No sé en que momento ni de que manera pasó, pero para cuando quise reaccionar tenia a una loca prendida de mi perfecto pelo planchado,  poniendo su puño en mi ojo y quedándose con un cuarto de mi cabellera en la otra mano.
Creo que en ese mismo momento el fantasma de la “ex” de Pablo empezó a materializarse: Samantha,  una chica que conocía de años anteriores y que el anterior no había visto en el pueblo porque había hecho un largo viaje durante el verano alejándose de su novio, un morocho encantador con el que en breve estaba por irse a vivir a Buenos Aires,  que casualmente era….el que yo había conocido!!!
De todas las experiencias se aprende algo dicen… de esta historia de amor, solo me quedó un ojo negro que cambiaría de color varias veces durante una semana, un llamado de mi anterior empleo ofreciéndome volver a la empresa por el mismo miserable sueldo y la confirmación de que las cartas del tío, nunca se equivocan!!

1 comentario:

  1. Unos cuantos años despues, volvi a tener informacion de Pablo... Se mudo ese mismo año que lo conoci a Buenos Aires con Samantha y hasta hoy siguen juntos

    ResponderEliminar